Colaboraciones

Artículo publicado en la gaceta electrónica Carne Viva de la revista DCO. Marzo 2014.

Nietzsche1882

LAS RAZONES DEL CUERPO

La Razón de Nietzsche

Muchos pensadores han hablado sobre el cuerpo, pero Friedrich Nietzsche habla de un cuerpo que está “más allá del bien y del mal”. Él “rescata” al cuerpo con todas aquellas características por las que era condenado por el Cristianismo y los intereses políticos (por ejemplo). Nietzsche rescata a la carne, a la muerte, a la violencia y al deseo.

¿Qué es el cuerpo que no deja de intrigarnos? ¿Cuáles son sus significados y cuáles los motivos por los que se le ha condenado durante tanto tiempo reprimiéndolo y castigándolo? Seguramente responder estas preguntas nos llevaría toda una vida, y si tuviéramos más vidas nos llevaría todas las vidas posibles, porque acaso ¿Podríamos vivir sin cuerpo?

La pregunta puede parecer necia, sin embargo hoy más que nunca se hace indispensable. Hoy, en un tiempo en el que pareciera que el cuerpo no importa y le damos mayor importancia a la “vida virtual” y al consumismo material. Pero ¿El cuerpo no es también materia? Entonces ¿Por qué queremos olvidarnos de “nuestra materia” para aspirar a la materia “cosificada” hecha mercancía?

¿No es el cuerpo algo más que materia? ¿No serán pensamientos, ideas y sensaciones? Si el cuerpo es materia, idea y sensación ¿No es acaso el cuerpo, la respuesta al conflicto heredado del desarrollo del pensamiento occidental? ¿Por qué querer separar algo que funciona orgánicamente unido? La insistencia del pensamiento dual de separar la idea de la materia, quizá no es más que la necedad de la negación de cuerpo ¿De sí mismo?

Quizá sea la combinación de la negación del cuerpo y de los intereses políticos de controlar el conocimiento, lo que provocó la “fragmentación” del cuerpo. Seguramente ahora nos estaremos preguntando ¿Por qué negar al cuerpo? La respuesta puede tener sus orígenes desde la aparición del “homo”, la negación del cuerpo es la negación a la muerte, nos indica Nietzsche.

Por ello se burla de Platón a través de la figura de Sócrates, señalando que esos pensadores se encontraban en edad avanzada y “decrépitos”, por eso negaban a la muerte diciendo que el mundo que realmente importaba era “el mundo de las ideas” y no “el mundo material”. De aquí tomará sus bases el Cristianismo. Además, en palabras del propio Nietzsche, eran unos “acomplejados” y por eso haciendo uso de las ideas, desarrollaron la dialéctica como método para ridiculizar a los demás. Así es como empiezan a contraponerse idea y materia.

La materia se pudre y nadie se quiere saber podrido, las sensaciones “no son de fiar” según Platón, sin embargo para él, las ideas son lo más “puro”, por ello se “idealiza” un mundo trascendental.

No es gratis que Nietzsche nombrara a todos los filósofos que siguen la línea del pensamiento racionalista (característica del pensamiento occidental) y moderno como los “modernos decadentes” o “enfermos decadentes”, porque en vez de respetar a la vida, “adoraban a la muerte” despreciando al cuerpo y profesando siempre por un mundo ideal.

Por ello la controversial propuesta del “superhombre”, no es la mal interpretada idea de una “raza superior”, sino se trata de un cambio de “actitud” en el “humano”, que consistiría en dejar de estar sometido a las ideas morales y a los intereses de control y manipulación de los poderes; el superhombre conllevaría a la “transvaloración de todos los valores” en donde la moral pierde su valor y el cuerpo lo retoma con toda su fuerza. El “retorno al cuerpo” es la propuesta del pensamiento de Nietzsche.

Por ello, Las Razones del Cuerpo, son los viajes hacia uno mismo; invitaciones a reflexionar en torno a un cuerpo que se mueve con los pensamientos y que danza con las ideas, porque:

*“Detrás de tus pensamientos y sentimientos, hermano mío, se encuentra un soberano poderoso, un sabio desconocido –llámase sí-mismo. En tu cuerpo habita, es tu cuerpo.

Hay más razón en tu cuerpo que en tu mejor sabiduría”.

 

Paola Aimée.

 

*Nietzsche, Friedrich. (2011) Así Habló Zaratustra. España: Alianza Editorial.